16 de agosto de 2011

El bicho.


Hola embabiados,
Ahí queda mi particular homenaje a mi Elche, "Un palmeral chocolateado".

El bicho que más asco me da en esta vida, y parte de la siguiente es la cucaracha. Qué asco más grande, madre-mía-de-mi-vida, qué ascazo!!!
En la playa hay muchas, por la humedad, y pese a que las odio con todas mi fuerzas, estoy por hacer un cursillo acelerado on-line de "El porqué de su existencia", seguro que alguna academia lo tienen programado.
En mis oraciones nocturnas incluyo siempre muchas preguntas y siempre está:
 Sr. Dios, En qué día las creo? Fue después de echar a Adán y Eva del paraíso? Fue su particular manera de vengarse del humano? Por qué creo tal asquerosidad?, Por qué eliminó las autóctonas de la zona y trajo las más-asquerosas-aun-si-cabe americanas?, que para colmo tienen alas y vuelan. Cuál es su finalidad, tiene algún cometido en la Tierra (aparte de dar asco) ?¿Qué culpa tengo yo de los errores de mis antecesores? ¿Para qué hizo un manzano si no quería que lo tocaran, pues no se trataba de un paraíso? Si no hubiera existido prohibición, se habría sentido atraída Eva por la manzana?   
No me llegan las respuestas, no me extraña, debo aburrirle con tanta pregunta, me duermo hasta yo...

Yo cada vez las veo más gordas, si me cayeran mejor les pasaría la dieta Dukan, que a mí me ha funcionado muy  bien, porque están llegando a coger tales dimensiones que cojean cuando andan despacio. Ya me imagino a la cucaracha, Estoy en fase de ataque, sólo como proteínas, con lo que me gusta el pegamento de sello...bueno ya vendrá la época de consolidación que me permiten una comida de gala...de momento me voy a hacer bloggera y cuelgo fotos de sellos...
Otra cosa que he averiguado es que oyen, yo no les he visto las orejas, ni falta que me hace, pero yo sé, que si salen a mi encuentro pego tal chillido que se paran en seco, yo creo que consigo asustarlas por unos instantes, después continúan su asqueroso paseo, tengo que perfeccionar mi alarido para ver si las mato de un ataque al corazón, y de esta forma evito llamar a la persona más cercana para que me socorra (y se la cargue).
Mi marido, que es muy amante de los animales (me quiere a mí, ahí es ná), odia que grite cuando veo un bicho de estos alados, dice que le voy a pasar mis miedos a mis hijas, no sé, que yo sepa el las odia también, no sé porqué narices tengo que reprimir mis ascos ante tal dinosaurio rastrero, además, les estoy adelantando trabajo, para qué dejar que descubran su asco a la cucaracha, para eso está la mami, para inculcarlos desde bien pequeñas, y que sea algo casi innato.

Lo malo de mi aversión es que me he dado cuenta de lo que se parecen a las gambas, las antenicas, las patas, que las rojas y a la plancha me vuelven loca (¡¡¡las gambas, por Dios!!!!!), pero como esto siga así, "increchendo", ya veremos si no me sacrifico y no las vuelvo a probar...

Sobre la cucaracha también existe infinidad de leyendas urbanas, la que se sube por tus piernas, la que pasea por tu cara cuando duermes, la que dice que les das tú el mismo asco (que lo dudo),la que vive sin cabeza un montón de días,  la cucaracha de la curva, la cucaracha del saco, la cucaracha-lobo..

En fin, es grato quitarse el hambre tratando temas tan agradables como el de hoy, espero haberte quitado el ansia de comerte una palmerica de chocolate.

ARRRRGGGGG en Babia!!!

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