11 de septiembre de 2011

Una cueva en la montaña.

By Jesús

Bienvenidos a Babia,
Os puedo asegurar que mínimo me comí un plato como éste, posiblemente más...no existe fin ni saciedad en mi cerebro ante la repostería. Mi estómago debe de estar lleno de cuevas donde se almacenan dulces  como si fueran tesoros y ya puedo tragar y tragar que siempre hay hueco. Como Alidukán o sus ladrones de kilos entre algún día en mi organismo van a alucinar en grasa de colores...

Hoy os voy a dar una receta y tiene el siguiente coste:

- Mares de dudas para elección de vestido (para hacer la peor y la más incómoda de todas: vestido choni-corto + estar sentada =  brindar al tendido varios martaschavarris involuntarios y vergonzosos.
-Decidir pelo suelto, pelo liso, pelo ondulado, pelo al toque de pimienta, para terminar en moño al estilo campesino.
-Subir una cuesta y perderte en un pueblo aparentemente deshabitado, aparentemente digo, porque en forma de vida humana encontramos:
1-Señor-cenador-de-croquetas-con-montaña-tamaño-Everest-de-allioli, acompañado, en la "fresquica" de la noche (que no del aliento del colega) por una señora desdentada, la vecina calé y la señora portadora del muestrario universal de rubios en una sola cabeza (los llevaba todos, desde el rubio cobrizo al rubio californiano pasando por el rubio oscuro, rubio canoso, rubio requemao y rubio agua-oxigenada).
2- Hembra (la encontramos en lo más alto de la montaña) rodeada de, suponemos, sus crías. Con dificultades en la vista y en tolerar el calor de una manera decente. Se comunicaba con nosotros y con muchas dificultades e imaginación pudimos descifrar el dialecto con el que nos hablaba. Mostró curiosidad (síntoma de ser inteligente) y poco respeto a las normas.
-Intentar abandonar el pueblo te será imposible. Todos los caminos de salida te volverán a llevar al pueblo.


Aquí va:

RECETA

Ingredientes
Bebida (ya sea en forma de refresco, agua, cerveza...)
Bollería casera
1 ocasión súper especial
Un ramillete de compañeros (no lo dudes, ponle los mejores)
1 cueva
1 grupo de jazz
1 novia guapísima (que esté súper-feliz)
1 generoso puñado de ganas de estar allí

Mezcla cuidadosamente todos los ingredientes, es posible que veas algún grumito en forma de gato-tira-botellas o de algún Manolo-aparca-coches-pide-cervezas, no te preocupes, es normal. Pon en una bandeja la mezcla resultante, mete en el horno a fuego lento y deja cocer. Como resultado, ya lo sabéis, jóvenes en una noche de boda gitana bajo las estrellas, cooperando en hacerla especial.

Nos vemos.




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