20 de junio de 2011

Chocolate, molinillo, corre-corre que te pillo.

Buenas embabiados,
A malas penas puedo escribir estas palabras, sin llenar mi teclado de lágrimas. Que difícil me resulta en días como este, no perder la cabeza por una buena dosis de chocolate, aunque sea a la taza, como sea, pero lo necesitoooooooooooooooo, snif, snif, snif, aaaaayyyyy, snif, snif, snif!!!

Sí, estoy en esos delicados días del mes, en el que el humor escasea, las lágrimas están a pie de lagrimal, el orgullo por los suelos, un ladrido siempre preparado en tu boca y una extraña forma de combinar colores en atuendos aún más extraños...
Cuando estoy en este plan, pienso, qué le habría costado a Dios, darle este regalito a Adán, sin quitarnos, eso sí, el don de embarazarnos, que a todo esto, y ya que inventaba, lo podía haber hecho sin dolor.
Ser madre es una de las experiencias más maravillosas que existen, tener un bebé recién nacido, que acaba de salir de ti, en tus brazos,  es tan mágico, que no me cambiaba por el mejor de los hombres, así que, si por esto, hay que estar "cruzadica" varios días al mes, se está, que bien merece la pena...

Pero claro, hay que sufrirlo, y no somos nosotras solas, lo sufre todo aquel que te rodee, ejemplos...

1) EN CASA, te levantas dolorida, manchada y cabreada con el mundo. No sabes qué ponerte, sacas todo tu armario, y decides ponerte, aquella falda de color difícil que te compraste el mes pasado, justo cuando estabas en la misma situación que hoy (reglosa) y esa camisa estampada que no te atreves a tirar, porque, casualmente, una vez al mes caes en la cuenta que la tienes. Se te hace tarde, no puedes tomarte el café, porque no te da tiempo, y se suma  una falta del exterior: CAFEÍNA, a tu estado natural de carencias: B12 por los suelos; falta de vigor matutino; tensión arterial rozando cifras negativas...vamos, que ni un zombie,y  todo esto, intentas arreglarlo con un maquillaje, espeluznantemente marcado o, directamente no arreglarlo y no maquillarte, que no sabes qué es peor. Resultado, de tu casa no sale Yolanda, sale Eduardo Manostijeras preparado para hacer el camino del Rocío. Te miras en el espejo del ascensor, e irremediablemente, te pones a llorar, mientras comentas ¡¡¡Dónde vas así de fea!!!! ¡¡¡¡¡Qué cruel  has sido conmigo madre-naturaleza!!!, y salvajadas de este estilo...

2) EN LA OFICINA, llegas estrafalaria, decaída, con los pies arrastrando y con todo el rímmel corrido, porque durante los veinte minutos que dura el trayecto de casa-trabajo, no has podido parar de llorar por todo lo que se ha cruzado en tu camino:  por el perrito que camina sólo por la calle !qué vida más perra!; por esos pobres niños que van al colegio ¡lo que les queda por pasar todavía!!!; por esa mujer que caminaba por la calle ¡¡qué pena más grande arrastra!!!; por ese idiota que se ha saltado un stop¡¡¡¡¡GUAU, GUAU, GUAU!!!!! (no quiero traducir).  Cuando llegas tu cara lo dice todo, tevoyaladrar comodigasalgo,  y se genera un vacío en torno a tu persona, que te hace llorar de forma desconsolada cada vez que entras al aseo ¡¡¡¡qué solica estoy en el mundo!!!!

3) CASA, se te ha secado el lagrimal, llegas a tientas,  porque las lentillas de tus ojos, que te tiran de lo resecos que se han quedado con tanta sal, éstan nubladas, de tal forma, que has vuelto inmersa en una neblina espesa-londinense en pleno Elche. Estás ojerosa, cansada, hastiada y...decides comer un bocadillo de Nocilla, un gran bocata relleno de casi un bote de leche-cacao-avellanas-y-azucar!, arriesgas tu vida al limpiar el cuchillo con tu lengua pero,  Ay!!... Oh!!... qué bien me siento!!! Dios Mío!!! ¡¡¡Gracias!!!, pero, ¡¡¡¡quién inventó esto!!!, y llego a la siguiente conclusión, que es la del día, sin duda alguna, el cacao lo creo Dios, ergo, Dios es mujer.

Nos sufrimos en Babia

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