13 de junio de 2011

Y más grande fue la caída...


¿Estáis ahí embabiados?,
No puedo, ni por un momento, pensar en gominolas y no relacionarlas con una tarde de cine y de amigas.  Si en algo he notado que me estoy haciendo mayor, es que ya no como apenas, ni me gusta ya desayunar viendo dibujos, el tiempo pasa...

Si me gusta reírme de algo, si con algo consigo llorar de la risa y que me duela la barriga a rabiar, es recordando ciertas caídas, que soy así de simple, pero como te caigas, que sepas que me parto, sin contemplación y prudencia, en tu cara, porque tu lo vales.
El súmmum de las caídas, la mejor de la historia, el Top Fall, lo tiene mi amiga X (quiere guardar el anonimato, saludos...), no te ofendas, queridísima amiga, que "pa" caerse como te caíste hay que tener maestría, salero, unas plataformas beige, un escalón con un antideslizante despegado que sirva de obstáculo entre tu pie y el siguiente escalón, un buen par de tetas para amortiguar la caída y dos piernas bien fuertes para salir pitando de la escena. Si a esto, le añades, unos brazos extendidos (como cuando volaba Superman), y unas piernas, que, quizás impulsadas por la fuerza de la gravedad, tal vez para impulsarte mejor, iban flexionadas hacia arriba, como si del alerón trasero de un avión se tratara, hizo que bajaras veinte escalones, en un pub lleno hasta la bandera, a una velocidad que dobló la de la luz.
Yo, desde arriba, con ese amor que derrocho a todos mis amigos, te miraba maravillada, parecía que surfearas entre los escalones, se oía cómo cortabas el aire con tremendo impulso, incluso llegué a pensar, que tus piernas se flexionarían tanto, de hecho tus tacones llegaron a golpearte en la nuca, que darías un triple mortal, y al final de la escalera caerías de pie, levantando tus brazos, cual gimnasta olímpica, y saludarías a la boquiabierta masa que te contemplaba.
Impagable la actitud de tus amigas, que salieron cortando del lugar, las que iban delante de ti, y las que nos quedamos detrás, paralizadas (de temor-angustia-verguenza) y no acudimos en tu ayuda. Ser una amiga así requiere actitud y aptitud, no todo el mundo sirve para ser así, queridísima amiga X, valóranos por, cómo, media hora después, (después de literalmente, mearnos de la risa), te preguntamos si te encontrabas bien, y tú,con la cabeza bien alta,  ni siquiera notaras tus heridas físicas, y es que (este es mi razonamiento de hoy),  hay veces que el orgullo hace más daño al alma y  nos hace más pupica que la mayor de las hostias.
Si tu supieras, que cada vez que me acuerdo lloro de la risa, si supieras, que ya pueden pasar los años, que lo recuerdo fresco, fresco, como cuando lo conté-dibujé en la biblioteca (y la cara-perro me echó), yo creo, que te volverías a caer, y yo a partirme de nuevo...
Nos leemos en Babia, besicos.


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