30 de julio de 2012

Súper Paquita Evolution.



En el último capítulo, Paquita, en un episodio sin igual de generosidad , fraternidad y liberté cambió todo su cargamento de batamantas por unos pies de gato para su amiga y colega a la par, Catnita Woman.

Desde ese momento, Paquita evolucionó, como los Pokemon y mutó. Por todos es sabido que la tacañería y la generosidad no van de la mano, algo se removió en su interior...¿fueron esos los motivos que provocaron la transformación?...
 
Tras la Paquita Evolution, también conocida como la Paq-Evolution, unos motores a reacción florecieron en sus pies y se le concedió el don del vuelo, en particular del acrobático.

Es posible que en un día de tontuna, pensamiento divagante y vista perdida, te sorprenda una imagen y te invada la pregunta de "¿es una pájaro - es un avión?".

Pues no.

 Es Súper Paquita, que cual avioneta de exhibición se marcará unas barrenas planas, una cuantos rizos para finalizar en un asombroso tonel en dos tiempos. Virtuosa en la maniobra de caída de ala, que borda,  dejando caer el carrito, que sigue usando por inercia y estabilidad, perdiendo aparentemente el equilibrio al grito de: Que me caigoooo.

En fiestas de guardar, Paquita carga su carrito de polvos de colores y pinta a su vuelo la estampa del día, ya sea la bandera nacional en la Pilarica, ya sea la virgen del Carmen en el día del marinero.

Se encontraba Paquita graffiteando el cielo con emblemas antirecortes, encargo directo de los funcionarios, a la vez que oteaba la revuelta situación, cuando divisó a lo lejos el terrible tifón El Rescate, hijo de la tormenta Krisis, sobrino de la Especulación y prima de la Riesgo (una tipa de cuidado).

Y el  párpado de la Evolution tembló.

Mientras en Moncleor, el ojo de Marianon que todo lo ve, buscaba almas inocentes a quien quitar  o recortar prestaciones, sueldos, pagas y tantos por ciento de derechos antaño inamovibles.

Paquita llevaba varios meses sufriendo una terrible reacción alérgica a toda expresión que llevara la palabra prima y la palabra riesgo en la misma frase. Era su particular kriptonita...en difícil empresa se hallaba , pues, nuestra heroína.

¿Qué sucederá?

¿Podrá superar Paquita su reacción alérgica y vencer la Krisis, madre de todos los males e impedir que la Rescate nos líe en el bucle?

¿O el tifón nos llevará a todos a tomar viento fresco...?

Se abre un tiempo de deliberación, vacación y pensamiento profundo...

Estáis invitados a aportar posibles finales a esta historieta de hoy y Yolandica promete, allá para finales de mes, incorporar el mejor final a la próxima entrega de Súper Paquita....

¿Continuará...? TODO DEPENDE DE TI Y DEL PODER DE TU COMENTARIO.



Aviso letra pequeñica: Esto es una especie de concurso. No se gana más que el ser nombrado en el siguiente episodio. Será el comentario con el que más me ría el ganador. Asín son las cosas y asín se las he contado.













23 de julio de 2012

Verano en la urba.



Tienen mis padres un pequeño burgaló en una urba particular, en un pueblo costero cualquiera.

Saber que vas a ir a él requiere dosis de entrenamiento, relajación y saber hacerse soluble.

Os explico.

El pequeño burgaló está en una macro urba, los habitáculos están pegadicos, unos a otros, y los seres que los habitan, que suelen hacer vida en las terracitas, están igualmente unidos. El tema de la solubilidad es fundamental para poder sobrevivir a un agosto. Tendrás que acostumbarte a oír al vecino ver las carreras, mientras la de arriba canta por Malú, la de al lado berrea, el de enfrente discute y el de más allá se aparece.

Pues eso, que te tienes que mezclar en la solución salina resultante, o emigrar a una isla desierta si eres de carácter indisoluble.

Lo bueno de todo es que, como casi vivimos todos juntos, en esta, nuestra macro-comunidad, nos conocemos la vida de unos y otros sin apenas habernos dirigido la palabra jamás (que no es el caso), por lo que de todo tendrás la versión hogar, la versión cotilla y la versión primera persona...

Veo indispensable presentaros a mis vecinos.  Por riesgo a que se vean identificados, si algún día dan con este blog, les daré una identidad falsa:

-Vecina X: Esta chica es la novena maravilla de la humanidad en grito al gorgorito. Cada año se supera, viene con más barriga, menos dientes y un grito más sorprenderte. Estoy estudiando el caso, pero estoy casi convencida que el resultado final es gracias a las dos causas primeras. Al no tener dientes, el aire entra con más fluidez en ese gran hueco panzil y el sonido juega en ella al escondite, al eco y al trino en varios tonos.
Su forma de comunicarse con cualquier ser que se cruce en su hogar es el berrido, pero el berrido articulado, el berrido con verbo, taco y sustantivo (y si procede otra vez taco).
Lo más gracioso de Vecina X es que cuando habla contigo su tono se vuelve finolis, toda ella...y digo yo, si los días en los que el viento es favorable, te oyen hasta en Cincinnati...

-Vecina Y: Esta señora es el colmo de la pesadumbre, el pesimismo y el espionaje cutre. Os pongo en situación.Tiene esta mujer en su casa unas ventanas mallorquinas de aluminio. Pues maneja las varillas de su mallorquina como el mejor visor de un submarino de combate. Si quiere espiar al de arriba dirige las varillas hacia arriba, si quiere espiar al de abajo, hacia el mismo, si su campo de visión-espionaje es en general, abre mirilla (en este caso varillas).
Tan solo apunto una cosica, Vecina Y, debería de controlar la luz del fondo, la deja en evidencia y dudo que que sea usted de las que bailan al contraluz de una persiana mallorquina.

-Vecina Z: Vecina Z tiene la cualidad de ser la única a la que no le roban macetas, pese a lo frondosidad de su terracita. Y creo que con esta frase lo digo tó y no he dicho ná.

-Vecina W: Tiene la facultad innata de saludar cuando te ve dormitar sobre la tumbona cuando estás a la fresca. Es la reina del sobresalto sibilino y del ataque por sorpresa. Si su saludo no es suficiente, achucha al perrito para que te ladre y te saque del rem en un plis, ains.

Y hasta aquí mi relato de hoy, soy consciente que conocer de golpe más vecinos puede ser perjudicial para la salud, y yo para mis lectores quiero lo mejor.

Cuidense, amigos, de una urba como la mía, a su lado, irte de vacaciones a cualquier motel de carretera  resulta más íntimo.








18 de julio de 2012

La cantante y la pintante de París.

Coletillas Pintante y Berrinche Cantante


Os adelantaba en el último post el debut radiofónico de mis hijas... creo que triunfamos. Pero claro, qué voy a contar yo,  la madre de las artistas.

Para empezar, mis hijas dijeron que a la radio iban  "para explicar las cositas" y creanme que yo me eché a temblar, dada la obsesión que mantienen con informar a todo padre, madre o ser con patas del parque que su papá le toca las tetillas a mamá.

Mis niñas estaban algo exaltadas aquella tarde de jueves y las veía capaz de decir cualquier intimidad más propia del retrete de casa, os adelanto que no pasó, pero tampoco salimos muy bien parados...

Cuando preguntaron a los peques cómo eran sus papás, los hubieron que contestaron que "eran altos y guapos", "guapos y valientes","muy buenos" "requetebuenos"....hasta ellas todas las respuestas fueron normales en unos niños de cuatro a diez años...

...mis hijas aseguraron que su padre era peludo y su madre rara (a secas, que duele más).

Y qué quieren que les diga, razón no les faltaba, por lo que al más puro estilo madre-pantojil y entre bambalinas, en este caso en un rincón prudente del estudio, me eché unas lagrimillas que cayeron el doble por mi ojo izquierdo debido al tic nervioso que sufría. 

Mis hijas el tema de la sinceridad y la verdad imperiosa lo llevan a rajatabla, no dudes que si eres fea, llevas un vestido horrible o eres guapa a rabiar, te lo dirán a la cara, no sea que no lo sepas...por lo que no dudaron en:

- Decir al locutor que se callara, que hablaba demasiado.

- Contestar a todas las preguntas fueran para ellas o no.

- Confesar que querían ser pintante de París y cantante.

- Aclarar que no les gustaba los cantajuegos, que eran de bebés (buen trabajo Yolandica, jeje).

- Afirmar con rostro firme y voz nada titubeante que su mamá conocía a Mariano Rajoy y que se tomaba cafés con él...

(Verán ustedes, aquello me preocupó, porque mis hijas no suelen mentir...estaban hablando de un señor que nos acababa de dejar sin juguetes en Navidad, pues sepan ustedes que no acostumbro a tomar cafés con tipos así y yo soy mujer de costumbres...)

-Cantar el Chuchi Pedo y Rondá mi callé (La Veleta versionada por Los Planetas que se saben de pe a pa). Coletillas se quedó con ganas de cantar el Sisoguá (Stupid Girl-Undershakers), en otra ocasión será.

-Levantarse e irse del estudio, porque tenían sed, estaban cansadas y consideraban que ya habían terminado. (Esto fue el colmo del celebritismo que las invadía)

-Volver a sentarse tras mis súplicas.

Llegados a tal punto de liderazgo y manejo del "micósono" vino el momento contemos un chiste y empecé a hacer mi particular cuenta atrás: tetilla a la tres, tetillas a las dos...pero sin darme cuanta habíamos alcanzado el final del programa sin recurrir a un básico del humor de cinco años, tales como: perro pulgoso, culo, caca, pedo, tetilla, suminín (no lo voy a explicar), pelo sudao y una largo etc.

Se despidieron a lo grande, como alguien con tablas (de una hora escasa) hace presentando su canción preferida de "Rondá mi callé".

Aquella noche, mientras repasaba mentalmente la tarde, el cansancio, el dulce vaivén de mi ojo izquierdo y el calorcillo de mi lamparita de noche, me llevaron directa a la fase REM (saltándome con chulería las demás fases de mi sueño) convencida que había parido a dos artistas.





16 de julio de 2012

Tú a Burgos y yo a Cartagena.



Quien ideó la película original que da título a mi entrada de hoy, además de creativo era padre de gemelas, podría poner la mano en el fuego.

Y es que es un lema o una norma que cualquier padre de gemelos tormentosos deberían aplicar, poner en ocasiones tierra de por medio, sobre todo cuando los monocigóticos en cuestión se pegan, pero no a lo siamés, sino a lo Hogan...os explico.

Me encontraba la tarde del jueves algo estresada, tras un miércoles de noticias desastrosas para mi bolsillo que me habían dejado el cuerpo con una hiperventilación de origen ansioso y unos suspiros de película de dos rombos.

Para deleite de mi sufrido corazón, dos buenas noticias acompañaban el jueves:

- La Gremlin, gran bloggera (y mejor persona) del panorama materno-nacional confirmaba su visita a esta mi ciudad acompañada de su encantadora familia, y yo con estos pelos.
-El debut radiofónico de mis hijas.

Deseosa de agradar, vestí a mis pequeñas como las princesas que son (en mis sueños), y tras lamerle el flequillo y ponerle el lazo más grande que encontré en la cabeza, conseguí el aspecto que buscaba, efecto angelical. Y es que en mi otra vida tuve que ser experta en efectos especiales.

De camino, y temiéndome un mal comportamiento, diseñé un plan estratégico para mis peques...una buena conducta a cambio del álbum de las "moster"...
...no sé en qué momento consiguieron engañarme, porque cuando quise darme cuenta ya les había comprado el álbum, de más está decir por dónde se pasaron la parte contratante de la primera parte.

Estoy totalmente convencida que si ese día hubiera venido a tomar café Hulk Hogan habría llorado de la emoción por el comportamiento de mis hijas, porque los lazos terminaron en  la mano de la porteadora contraria, el café en mis pantalones tras volcar la mesa encima de la familia visitante después que la cabeza de una de las pupilas del Hogan aterrizara sobre ella.

Para disfrute de cualquier amante del pressing catch, la lucha libre y la lucha de gallos, hubo bocados, patadas voladoras a gogó y alguna que otra niña volando por los aires, si serán geniales que no necesitaron cuerdas de ring para impulsarse...

No tenía yo ya mi corazón lo suficientemente achuchado que mis hijas consiguieron, con el noble arte del guantazo, el porrazo y la patada, sumarme en el sofoco y en el bloqueo más bochornoso.

Lo que voy a confesar a continuación no es amor de madre ni amor propio, os lo juro por lo que más quiero ahora mismo, que no es más que recuperar mi paga extra de Navidad que vilmente me han robado, pero les aseguro que mis hijas NUNCA se habían portado tan mal. 

En pleno desastre, desenlace (de lazo), desbocado (de bocado) y despegado (de pegar) y hallándome presa de la más grandes de las desesperaciones (de escasez de esperanza) abandoné por unos segundos a mi visita, que se miraban ojipláticos y horrorizados a la par...




... para intentar repostar fuerzas de las bestias niñas, que me pedían entre sollozo y berrido que tenían hambre y querían un chorrito (léase perrito) caliente.

Desde la tarde del jueves sufro un tic nervioso en mi ojo izquierdo.


Aprovecho estas líneas para agradecer la entereza y el saber estar de esta joven pareja que acompañados por sus angelitos supieron aguantar de forma estoica a este trío de locas.

Queda por escrito registrado el comportamiento de mis niñitas para posibles y futuras visitas de cualquier valiente de bien. Aún estáis a tiempo de abandonar, avisados quedáis.











11 de julio de 2012

Series de mi vida 8.

Cuanto más veo al Piraña, más me identifico con él. Yo de pequeña hubiera matado por ponerme esa peluca, ese vestido y pintarme coloretes y labios, pues no era yo nadie...

Sí, con los calores típicos estivales, las vacaciones a la vuelta de la esquina y la playita tan cerca, me es muy difícil reprimir algunos recuerdos de mi infancia...y qué diferentes eran los veranos entonces...

Recuerdo el sabor de los bocadillos de paté que nos hacía mi abuela para irnos, los ocho primos de entonces (después fuimos más) a jugar al parque, nunca me supieron mejor. Inolvidable, como la botella de cristal de zumo, rellena de agua fresca y el cesto en el que llevaba la merienda para todos...una campeona mi abuela, y yo con dos apenas puedo...

Me viene el olor a albahaca, porque mi madre nos hacía recoger las semillas para plantarlas al año siguiente y te dejaban un agradable olor en las manos.

Pero si añoro algo, es la imagen de la que con seguridad, fue la serie de mi vida, Verano Azul.

Nunca me molestó que la repusieran mil y una vez, porque, raro en mí que no suelo ver las pelis dos veces, nunca me ha cansado. Será por los recuerdos tan agradables que me trae.

Soñaba yo por entonces, hacerme mayor como Bea y ser tan guapa como ella, pero no tan pava. Y soñaba con Javi y con Pancho, ay, en ese cruce de caminos me encontraba nuevamente, uno moreno y uno rubio, cual de los dos me gusta más...pues puestos a soñar, y según para la ocasión, alguno de los dos.

También recuerdo el charco que dejé sobre la mesa cuando murió Chanquete, no miento, lloré en todas las reposiciones, pero en la primera preocupé a mi madre, por el llanto incesante y por la capacidad de producir lágrimas sin interrupción y reposición de líquidos. 

Si tuviera que erizarme al cerrar los ojos y dejarme llevar por una sintonía de entonces sería esta




y lo sigue consiguiendo.

Si tuviera que recordar mis vacaciones recordaría nuestros viajes a Granada, la ilusión del camino, pese a los mareos y las vomitonas.
A lo que me reía cuando adelantábamos a los camiones de cerdos y a la peste que entraba en el coche.
 A los bocadillos de jamón a tacos que nos comíamos por Almería y que podíamos bebernos una fanta de naranja, bebida de fiesta donde las hubiera.
A mojarme los pies en el agua del lavadero del pueblo.
Al olor de la caca de las ovejas, que me olía a pueblo y vacaciones.
Al sabor del agua del riachuelo del cortijo de mi abuelo.
A comer piñones de las piñas caídas de los pinos.
A que mi tía me pintara las uñas y me comprara pulseras.
A lo feliz que se es de pequeño, cuando se está de vacaciones y que a veces me gustaría teletransportarme al pasado para volverlo a vivir.

Y a vosotros...¿cuál es el recuerdo de los veranos de vuestra infancia? 


9 de julio de 2012

De bodas y otras tontunas.



El sábado tuve una boda...creo que ya no tengo más este verano.

Mi mente analítica estuvo desmenuzando los detalles casamenteros a la par que los comparaba con los que, hace unos 8 años viví.

Sí, hay una época en la vida que te bajas de un tacón para subirte a otro, te haces entendida en protocolo y en tocados y en tu armario es más fácil encontrar una prenda de seda y lentejuelas que un simple y cómodo vaquero...de esa época sales doctorada en eventos varios...y tocada, te lo digo yo, no deja indemne a nadie.

Pero yo a esa etapa la había dado por finiquitada, mísera de mí, infelice, porque cuando menos me lo esperaba, y con las defensas bajas y el bolsillo tristón, toma castaña, bodas a estribor...qué forma de darme por popa. 

Cuando llegamos nos encontramos en la mesa unos globos sin hinchar...en ese momento fue cuando me di cuenta que mi creatividad en esponsales estaba demodé. Creí que era un toque de color, obra de algún experto en decoración, que no entré a valorar, se encontraba mi mente en otros quehaceres, cuando, de repente y cogiéndome de improviso, entraron los novios al son del Canon de Pachelbel rockero y la juventud que me rodeaba, empujados por un saber qué hacer, inflaron a dos carrillos aquellos globos y los pincharon con sus cuchillos al paso de los recién desposados, cual traca...ains, lo que nos gusta el ruido acá por levante.

Continuaba la boda en su rutina normal, entre gamba y cigala, al grito de que se besen los novios, cuando inmersa en el noble arte del restriegue de foie con mermelada sobre tosta de pasas en partes estudiosamente justas para hacer de aquel bocado una delicatessen, una aclamación popular me despertó de mi letargo...
¿como?
¿ein?

...le pedían al suegro del afortunado que bailara la pelusa...¡la pelusa!!!...todavía se estilaba la pelusa!!!, no estaba tan pasada de moda (yo, evidentemente.)...

Y entonces recordé aquella boda en la que descubrí esa ¿canción? sin igual. Si no la conoces, considerate afortunado, no lo busques, deja a tu mente vivir en paz para el resto de tus días... yo lo intento, todo lo que mi memoria selectiva me permite. Pero a Dios pongo por testigo (que es omnipresente y es el que me ve en esos momentos) que cuando veo bolas de pelusa en casa yo ni les canto ni les bailo, como mucho las aspiro.

Total, que el suegro bailó la pelusa estilo croqueta, que es la versión break-dance de la misma. Ay qué risas.

Y es que las bodas sacan al más pintao, el friki que lleva dentro, sí. Más de uno, y al embriago de unos vinos  después de unas cervezas, sienten la necesidad de expresarse, bailando, cantando, besando o vomitando, que de momento vivimos es una democracia y sigue existiendo derecho a la libertad de expresión.

Un buen bodero (experto en bodas) se sabe todos los pasos:

-Sabe ponerse la servilleta por sombrero y cantarle a la novia "qué se le dice a la misma".
-Jalea a los novios como si no hubiera un mañana.
-Es el primero que sale a bailar el vals tras los novios, restándole protagonismo a los mismos e importándole un pimiento.
-Borda los pasos de "No rompas más"y si no la ponen la pide, hombre...
-Interpreta como nadie el "Chuchi pedo" (alerta visitantes raros).
- Zapatea el Sarandonga como si hubiera nacido en el Lerele.
-Y baila el resto de canciones como si de un capitán del bando cristiano se tratara, al mando del sable corta-tartas y enmerengando a los danzantes de su entorno, hasta el momento justo que a su higado le salen patas y dirige a toda su persona envolvente a dormitar a cualquier rincón.

Pero el tío bodero es un clásico, ha vivido muchas uniones y normal que esté licenciado en estas artes.

Me pregunto si a Audrey le pidieron que bailara la pelusa...













4 de julio de 2012

Cuando calienta el Sol.



En este estado de tontuna y despreocupación me gustaría estar.

Y es que cuando se inventó el verano, allá cuando Adán y Eva estaban en el paraíso, antes de que ella la cagara comiéndose la manzana (qué se puede esperar de uno que nace del barro y otra que lo hace de una costilla...) vuelvo, decía que allá por entonces no estaba previsto que trabajáramos. 

Es por ello que una época estival de temperaturas agradablemente cálidas, sin más indumentaria que unas hojicas de parra, junto al estanque divino donde refrescarse, no era una mala época cuando todo se ideó.

Pero mira por donde, fueron a comerse la manzanica...signo evidente que era invierno, y no sabían lo que se les avecinaba, si no, se hubieran comido una mandarina, te lo digo yo.

Porque , ay Adán, si te llegan a decir que tendrías que ponerte traje en pleno julio las serpientes se habrían extinguido desde casi su inicio.

Hete aquí, que con el devenir de los tiempos, seguimos castigados por el delito de los abuelitos y nos vemos trabajando, y eso con suerte, en verano, cuando lo que tendríamos que estar haciendo es disfrutar del paraíso, ya sea en forma de playa Thelma, de montaña Louise, o de pueblo Manolo, pero al fin y al cabo, en el paraíso.

Y es que me matan los calores, me matan las olas siberianas en pleno julio en la oficina y me mata mi coche a 45 grados a la sombra cuando me monto en él todos los mediodías y sobre todo, lo que me mata del todo, son los resfriados de verano por culpa de los primeros matas.

Meterte en un centro comercial en pleno julio es arriesgarte a que se te caiga algún miembro congelado y que te compres en plenas rebajas un abrigo de paño. Pero salir de él es un infierno, mira, de donde era la serpiente que nos metió en el lío.

El verano tiene sus cosas buenas, allá por vacaciones, cuando te abandonas al zángano que llevas dentro y te vas de chiringuito en chiringuito, de playa a piscina y de hamaca a cama, nos teletransportamos en una especie de flashback a nuestra época de esplendor, o mejor dicho, la de nuestros antepasados, y somos conscientes de lo que perdimos por la dichosa manzana, la maldita serpiente y la escasa fuerza de voluntad que presentaba nuestros ancestros.

Pero no es todo el verano vacación, tiempo libre y disfrute, porque yo la gran mitad me la paso madrugando, jugando al tetrix intentando encajar a las niñas: hoy en casa de la abuela, mañana en casa de la tía, pasado en casa de la otra abuela y el lunes dios dirá, para lo que previamente habré tomado la decisión de no llevarlas al cole de verano... ¿ves? otra consecuencia del verano, con tanto frío y calor, mi mente se dilata y se contrae cual piedra del desierto y chica, no rige como debiera en esa tontuna continua de sensaciones térmicas y mis sesos tienden a dispersarse.

Es en este estado de dispersión y dentro de la espesura que me invade es cuando prometo que para el año que viene tomaré en invierno las decisiones del verano,  porque éstas y mis arrugas, en frío, se conservan mejor.

Y qué hubiera sido de nosotros si no hubiésemos tocado el manzano ¿te imaginas?...